Se ponen a cocer, por un lado patatas y por otro lado bacalao en la proporción de un cuarto por cada kilo de patatas. Cuando las dos cosas estén cocidas se echan las patatas en un mortero y se deshacen con la mano de madera echándole el agua del bacalao.

 

Seguidamente se desmenuza el bacalao y se revuelve con las patatas al mismo tiempo que se le va echando aceite de oliva, y la sal conveniente. Esto se sigue haciendo así hasta que se considere que tiene bastante aceite. Al servirlo se presenta con huevos cocidos hechos rodajas. Ésta es una comida propia de la Mancha de Albacete, de los días que nieva. Debe ser por su gran valor en calorías. Hay gente de por aquí que dice que hay que hervir las patatas con el agua de la nieve derretida.